Nadie vino esta noche
a saciar las ausencias.
Mi soledad
-incómoda a ratos-,
conversa con los silencios
y las canciones.
Hoy no hubo piedras
donde pintar amores.
He de sobrevivir
otra noche
a mis sueños de fuga.
Buscando
lugares de humo
en la insensata sobriedad
de los vacíos que habitan
las distancias amarillas.
Eduardo D’Attellis
092017
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